Tensión y forcejeos en Liniers por el desalojo de puestos truchos

El Gobierno porteño y la Policía Metropolitana desalojaron 20 locales irregulares en la zona de la estación. Hubo cuatro heridos y siete detenidos. Los operativos seguirán en la peatonal Florida y en el barrio de San Telmo.

Al menos siete personas fueron detenidas y cuatro agentes de la Policía Metropolitana resultaron heridos ayer a la madrugada en un operativo de desalojo y demolición de 20 puestos de venta callejera sobre la avenida Rivadavia al 11.600 (unos 250 metros), al lado de la estación de Liniers.
Según la Ciudad, esos locales ocupaban la vereda desde hace más de cinco años. Y no bien pudo hacerse el desalojo, el Gobierno porteño sacó las estructuras de metal y otras de material para evitar que vuelvan a ser intrusadas. “Los puestos fueron construidos por algún estafador, pero la situación era insostenible”, argumentó Diego Santilli, el ministro de Ambiente y Espacio Público. Luego, por el reclamo de la gente que trabajaba en esos puestos, el tránsito sobre Rivadavia estuvo cortado gran parte del día. Hubo quema de gomas y protestas para pedir la liberación de los detenidos.
Mauricio Macri defendió la medida y elogió la tarea de la Metropolitana -que por primera vez intervino con 70 agentes en este tipo de acciones- y prometió seguir con los operativos para despejar todos los espacios públicos ocupados. De acuerdo con el ministro Santilli, los operativos continuarán con la peatonal Florida, aunque dijo que allí diferenciarán a las personas que venden artesanías de aquellas que sólo ofrecen mercaderías truchas. Y también harán foco en otros lugares con fuerte presencia ambulante y de manteros como en el barrio de San Telmo, foco fuerte del turismo.
Macri denunció que los responsables de los puestos “han estado sacando beneficio de algo que no corresponde durante mucho tiempo” y aclaró que la decisión buscó “atender un viejo reclamo de los vecinos de Liniers”. Además, confirmó que esos comercios “no tenían ningún permiso y en varios casos vendían comida que carecía de los controles bromatológicos correspondientes”.