martes, 30 de marzo de 2010

LA BLANQUEADA Y LOS ZAPATOS…

La Pulpería "La Blanqueada" fue un lugar famoso del siglo pasado, que tenía como dueño al vasco Manuel Echechiquía, famoso y querido por su clientela a tal punto que recibía el dinero de ellos en custodia, sin ningún recibo ni comprobante sino con el sólo valor de la palabra que en esa época era de gran valor y respeto. Esta pulpería fue durante varios años uno de los lugares de encuentros de los más destacados payadores y seguidores de este tipo de demostraciones camperas. El propio Gardel, conocedor de muchos lugares de la Ciudad, deambuló por allí. Hasta aquí la parte histórica. Mis recuerdos de chico era tan sólo un bar que con el tiempo se fue remodelando hasta su desaparición en los mediados de los ’60. Yo tengo muy grabada la imagen de ese boliche, porque mi tío tenía su inmobiliaria en el edificio contiguo sobre Rivadavia, en un primer piso, propiedad de los hermanos Saizar. Debajo se encontraba la conocida casa de rodados y bebés “Viturro”. Pero el detalle de esa cuadra, era su esquina, la de Calzados Rex. Todas las tardes, se reunían cuatro o cinco sordomudos y era increíble ver sus agitados diálogos con las manos. Esa imagen de chico la guardo siempre como parte del barrio. Era la cuadra de las zapaterías: Rex, Real, El Triunfo, Tonsa, Mercurio, y Lisboa, Saracco e Iglesias, sobre la Avenida General Paz, parecía que todos calzaban allí. Actualmente algunas de ellas sobreviven en ese lugar o cambiaron de dueños. Liniers siempre se destacó además por el buen calzar. Grimoldi también fue las zapaterías del barrio, lo mismo que López que era agente de Miguel Palmer y más hacia el Centro, Roal e Izquierdo. Y aun permanecen en Liniers muchas fábricas chicas y medianas de calzados, como la de los D’Allotta en Timoteo Gordillo y Caaguazú. Recuerdos de todos los tiempos que seguiremos transitando en esta columna…

Fuente Danny Aresse

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